martes, 20 de octubre de 2009

Especial para el Diario El Espectador, publicado en la semana del 17 al 23 de octubre de 2004.


Cuerpos Sensibles

Presencia no es objeto, Margarita Mejía 2004


El escritor Cristian Valencia descubre el lenguaje de la obra Cuerpos Sensibles, de Margarita Mejía

Cuerpos que se huyen, que se encuentran consigo. Que transgreden su forma para extender una invitación a volar consigo mismo en primera clase. Cuerpos que se preguntan por la piel, que se abandonan, que se requieren, que se urgen. Cuerpos que se marchan y se subordinan al alma. Así es la obra que actualmente expone Margarita Mejía en la Carrera 3ª con calle 19. Todas sus fotografías están trabajadas en color sol sobre un riguroso fondo negro, cosa que hace pensar en un evento cósmico, un minisistema que genera sus propias leyes.
De sus antiguos trabajos queda la sensación de ponerse en paz con el pasado, de reconocerse en la oscuridad, de viajar al interior mismo de cada ser, de violar ese velo frágil que separa la vigilia de los sueños; explorando la vida en blanco y negro, de este trabajo queda el poder de la energía, siempre femenina; la posibilidad real de conectarse con algo grande por medio de los sentidos, sin desconocer el cuerpo y el mundo mujer. Tal vez, aunque toda interpretación sea un cuento, Margarita Mejía nos susurra es una bolita de energía, fiel copia de los dioses, o de todos los soles. Reiterando, como siempre, que si bien las realidades se juntan, no dejan de ser muchas las que existen.
Margarita Mejía le presta tanta atención al cuidado técnico de sus fotografías, como al lenguaje escrito. Sus títulos no son casuales, es claro que están diseñados para trabajar en equipo. Si bien cada foto es contundente por sí sola, sin aditivos, los títulos le adhieren un movimiento continuo, y hacen explotar el conjunto como una sentencia poética de un Haikú. Adentro hay uno que se eleva, Libertad es escucharse, Los bordes son frágiles, Cada ángel tiene su sombra y Adentro hay uno que se arrastra, son apenas ejemplos del cuidado poético del universo que nos regala.


Fotomuseo. Eje ambiental Cra 3ª , entre calles 17 y 19, Bogotá.


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